La moneda más preciada de la colección resultó ser una moneda de oro de dos libras de Eduardo VII, acuñada en 1902, con un valor estimado entre 627 y 877 dólares. El lote de monedas más valioso consistía en cuatro álbumes de 100 medallas de plata esterlina contrastada, tituladas "La historia de las medallas Mountbatten de Gran Bretaña y el mar", cuyo valor se estimaba entre 1.879 y 2.505 dólares.
Amanda comentó: "Supongo que nunca se puede subestimar la pasión de un coleccionista. Este caballero disfrutaba mucho buscando y comprando monedas históricas. Quizás no quería revelar cuántas tenía, pero ahora ha dejado un valioso regalo para su familia”. Aunque la familia decidió vender la mayoría de las monedas, conservó algunas por razones sentimentales y convirtió algunas de ellas en joyas.
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