Es conocida la pasión de Fortuny padre por el coleccionismo y las artesanías, que le llevó a reunir, ya en su palacete de Roma, Villa Martinori, un verdadero tesoro. Desde extraordinarias piezas nazaríes hasta estampas japonesas y variopintos objetos de todos los lugares que visitaba: tapices, vidrios, estatuas, mobiliario, alfombras, lámparas, armas, telas, óleos o cerámica que utilizaba no solo como atrezo en su pintura, sino también como fuente de inspiración y para recrear el Oriente exótico que le deslumbraba.
https://elpais.com/elpais/2019/08/14/eps/1565789381_588850.html
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